Hay dos maneras de salir de una crisis. Una es habiendo aprendido algo de ella y la otra es no haber aprendido absolutamente nada.
Cuando aprendemos, crecemos y salimos reforzados. Cuando no aprendemos nada, la crisis suele volver a repetirse, pero cada vez a mayor escala.
Parece ser que esta crisis que estamos viviendo está siendo tan dura que nos está ayudando a darnos cuenta de algo muy importante. Este golpe que estamos recibiendo nos está abriendo los ojos a todos. Porque parece que por fin empezamos a darnos cuenta de quiénes son los verdaderos héroes.
Ahora empezamos a ver que no son los que marcaban goles en los estadios, ni los que llenaban mítines, ni los que siguen ocupando el prime time televisivo…
Ahora sabemos que los verdaderos héroes son los que cada día se están jugando la vida en los hospitales para salvarnos, esos que ahora aplaudimos pero que en realidad llevan ya mucho tiempo protegiéndonos. Las personas que se ocupan de la limpieza, los transportistas, los científicos, los operarios de las fábricas, los agricultores, repartidores, fuerzas de seguridad… Todos aquellos que ahora mismo arriesgan su salud por proteger la nuestra. Los que han hecho posible el #YoMeQuedoEnCasa.
Pues bien, a todos nos hubiera gustado que en estos momentos de incertidumbre nuestros héroes fueran también nuestros políticos.
Habría estado bien, ¿verdad?
Pero no, por desgracia no está siendo así. Una vez más, en el momento más difícil, vuelven a decepcionarnos. No están a la altura. A pesar de lo que está pasando, siguen actuando de cara a la televisión, los likes y los retweets. Siguen pensando en clave electoral. Importan más las palabras que los hechos. Su objetivo sigue siendo el poder. Mantenerlo o llegar a él.
Pero si nos paramos a pensarlo, es normal. Porque no los hemos elegido por su trayectoria personal y profesional.
Salvo excepciones, la mayor parte de la clase política ha nacido y se ha desarrollado en los partidos políticos. Sin experiencia profesional, sin saber lo que significa pelear duro cada día para conservar el puesto de trabajo, sin saber lo que cuesta pagar las nóminas a final de mes, sin saber lo que es arriesgar la salud para ayudar a otras personas…
Hemos dado los mandos de un 747 a una tripulación que no ha pilotado un avión en su vida. Y lo peor es que todas las tripulaciones que ahora mismo quieren sustituirles, tampoco lo han hecho.
Yo creo que la responsabilidad es nuestra. No hemos hecho absolutamente nada para exigir que gobiernen los mejores. Y no es una cuestión de partidos.
Pero también creo que finalmente nos hemos dado cuenta de nuestro error. Ha sido por las malas pero lo hemos aprendido.
Por eso ahora ha llegado el momento de actuar. Por nuestro bien, como sociedad responsable. Es el momento de exigir gobernantes sabios, expertos que realmente puedan dirigir algo tan serio como es un país.
Es el momento de exigir #QueGobiernenLosMejores.
Personas que hayan demostrado su valor. El valor de su contrastada experiencia profesional y de gestión. El valor de sus conocimientos, de su trayectoria.
Pero también y muy especialmente, el valor excepcional de su calidad humana. La que han demostrado sacrificándose por los demás sin esperar nada a cambio.
Ellos son los que deberían liderarnos. Ahora lo hemos aprendido. Que así sea, solo depende de nosotros. De que alcemos nuestra voz.
Esto es lo que me dice mi corazón. Necesitaba compartirlo contigo, sin filtro.
¿Tú qué opinas? Me interesa mucho conocer tu opinión
Te mando un gran abrazo,
Cipri Quintas.