Perdonad la foto, es que me ha venido al pelo para lo que quiero comentar. Pues nooooo, no me refiero al Presidente. Bastante se habla ya de él a todas horas por muchas razones (casi ninguna para aplaudirle, es verdad).
El tema es que me he puesto a pensar después de ver el tema del orden de los apellidos cuando nazcan los hijos a partir de ahora. No sé, yo soy de los que creo que para qué puñetas hay que generar ruido y tensiones con estas cosas en un momento como el que estamos pasando pero, bueno, a lo mejor había mujeres muy dolidas con este tema de que su apellido se perdiera si no tenía hermanos varones. En fin, me parece una soberana memez. Pero quiero comentaros una cosa importante….
Pensando en el tema, se me ocurren nuevas situaciones que antes nadie tenía en cuenta. Cuando de jovencillo te echabas las primeras novias una conversación típica era ver con tu novia cómo sonarían juntos los apellidos que tendrían los posibles hijos. Seguro que se os ha pasado por la cabeza este pensamiento a más de uno, ¿A que sí? Si sonaba algo raro, no sé, como que te daba un repelús…
Pero ahora el rollo va a cambiar. Cuando los chicos y chicas se conozcan y piensen en algo serio, tendrán que plantearse qué apellido tiene cada uno. Hay que ver cómo suena el del chico con el de la chica, el de la chica con el del chico y, muy importante, quién gana en el orden alfabético. Como tu pareja (tanto hombre como mujer) se llame Abad, ya puedes dar todo por perdido. Veinte generaciones después, habrá más Abades en tu familia que en todas las iglesias de España juntas.
Así que cuando vayáis de ligue u os presenten a alguien especial, acordaos de preguntar (como siempre) «¿Cómo te llamas?». Si te contestan «Ana, Carmen, Fernando o José», lo siguiente que debeis preguntar en ese mismo momento es «¿Y de primer apellido?» … más vale prevenir y tener toda la información. Si se apellida Zapatero, la cosa promete.
!País…!, que decía Forges