En Sevilla el Ayuntamiento ha tenido la brillante idea de dejar que los contenedores para reciclado sean decorados por graffiteros. Al tiempo que les dejan expresar su arte en un medio de gran visibilidad, se les hace gastar la pintura y así no les quedan ganar de manchar paredes.
Debe funcionar bien, porque en Sevilla no se ve ni una pintada. Y tampoco hay cartel pegados fuera de las vallas autorizadas.
A ver si a cualquier amigo que esté en un Ayuntamiento esta idea le parece útil y la pone en marcha en su ciudad. Merece la pena probar, creo yo.