Hay veces en que uno piensa que el mundo se está volviendo loco, la verdad. En esta noticia podéis ver algo que me ha dejado alucinado: La Reina de Inglaterra, una de las mayores fortunas del mundo, pidió una subvención estatal para sus gastos de electricidad y gas, cuando esos fondos se habían creado para ayudar a personas con escasos recursos económicos. ¿No os parece un morro increíble?
Resulta que con «sólo» 17 millones de Euros de ayuda de los Presupuestos del Estado no le da para nada, porque se gasta en luz y gas algo más de un millón de Euros. ¡Deben estar los palacios bien iluminados y muy calentitos, digo yo. Lo curioso es que la propietaria de los palacios es la Casa Real, y no el Estado, así que se ve que el «pisito» que le han puesto a la real funcionaria es algo caro. ¿Y no le dan una ayuda para unas gafas más modernas?
La reina Isabel II solicitó hace seis años una subvención estatal para pagar los gastos de electricidad y gas de sus palacios, pero fue denegada por el Gobierno británico ya que esta ayuda está pensada para beneficiar a gente sin recursos.
Un alto funcionario de la Casa Real escribió en el 2004 al Ministerio de Cultura, Medios y Deportes para preguntar si la soberana podía beneficiarse del llamado fondo de ahorro de energía, estimado en 60 millones de libras (unos 68 millones de euros).
El funcionario se quejaba de que los gastos de energía -que habían aumentado considerablemente en 2004- alcanzaban el millón de libras (1,1 millones de euros) y la situación era «insostenible» porque era «inadecuada» la ayuda del Gobierno de 15 millones de libras (unos 17 millones de euros) para mantener las residencias reales, revela este viernes el diario ‘The Independent’.
La solicitud -destinada al Palacio de Buckingham y el castillo de Windsor- fue rechazada en agosto de 2004.
En un correo electrónico enviado al Palacio de Buckingham, el Gobierno le explicó al funcionario real que la ayuda estatal está destinada a escuelas, ayuntamientos o asociaciones de viviendas para sus respectivos programas energéticos, cuyos últimos beneficiarios son los sectores con los ingresos más bajos.
El citado Ministerio también expresó la preocupación de que el Palacio de Buckingham podía recibir comentarios adversos por parte de la prensa si se beneficiaba de la subvención.
«La mayoría de las asignaciones (ayudas) van a los programas de calefacción dirigidos por las autoridades locales, las asociaciones de viviendas, universidades, etc», decía el correo.
«También me siento un poco incómodo sobre la probable cobertura adversa de la prensa si se le concede la ayuda al Palacio a expensas, por ejemplo, de un hospital», escribía un representante del ministerio.